Jesús Resucitó: la mejor explicación de la evidencia

Autor:  Matt Bilyeu

El historiador Gary Habermas, tiene un gran acercamiento al acontecimiento conocido como: la resurrección de Jesús.  En lugar de tratar de luchar la batalla en todos los frentes, se centra en tres hechos básicos que son aceptados por la mayoría de los estudiosos del Nuevo Testamento y que no pueden ser explicados si no solo mediante de la resurrección.  Estos tres hechos son: 1. La tumba vacía. 2. Los informes de las apariciones post-mortem. 3. La creencia sincera de los discípulos.

Se infiere que Dios resucitó a Jesús de entre los muertos por estos tres hechos, dado que son como la mejor explicación de esta evidencia. Vamos a comprobar los hechos, para después, afirmar que la resurrección es la mejor explicación que se ofrece basada en unos pocos criterios simples.

El argumento se apoya de la Biblia, pero no siendo tomada como un documento inspirado.  Todo lo que necesitamos creer en relación con la Biblia, es lo que todo el mundo (incluso los eruditos ateos) cree y está de acuerdo. La Biblia es una colección de documentos que han sobrevivido desde el primer siglo. En apoyo de esto, podemos nombrar a Bruce Metzger, un erudito del Nuevo Testamento y profesor de Princeton, así como John A. T. Robinson, un ex profesor de Cambridge, que están de acuerdo en que el Nuevo Testamento que tenemos es más del 99% exacto a lo que los autores originales escribieron.1 Ahora bien, también barajamos la posibilidad de que los autores del Nuevo Testamento, no dijeran la verdad cuando escribieron esos documentos, pero por el momento,  podemos estar satisfechos con saber lo que escribieron y dejar lo otro para más tarde.

 

Hecho uno: La tumba vacía. En el interés de mantener esto breve, vamos a ver un par de cosas.  Primero, las mujeres seguidoras.  Si la tumba no estaba vacía, entonces se inventaron la historia de las mujeres que la descubrieron vacía. El problema es que, las mujeres en el antiguo Israel no eran consideradas testigos confiables, por lo que no es razonable pensar que los discípulos originales inventaran una historia sobre la tumba vacía e incluyeran sólo testigos poco confiables.  De hecho, si la historia de la tumba vacía fuera inventada, seguramente habrían incluido testigos “confiables” (es decir, de hombres).

Por otro lado, la historia del entierro es extraña si no ocurrió realmente.  Jesús fue enterrado en la tumba de José de Arimatea, un miembro del mismo consejo que condenó a Jesús.  No es razonable creer que los primeros cristianos fabricaran una historia sobre una persona buena y honorable entre el mismo grupo que llevó a cabo un asesinato judicial de su señor.  Parece razonable creer que Jesús fue enterrado en la tumba de Arimatea y que los primeros discípulos informaron de lo que pasó, aunque esto arrojara a un miembro del Sanedrín a una mirada compasiva.  Ahora bien, si la tumba no había estado vacía y, en cambio, todavía estaba ocupada por el cuerpo de Jesús, entonces ¿por qué Arimatea no presentó el cuerpo? Así él habría tenido un motivo para exonerarse a sí mismo y al Sanedrín, mostrando que Jesús aún estaba en la tumba.  Pero dado que Jesús fue enterrado en un lugar conocido por un miembro del mismo grupo que lo mató, se hace inexplicable por qué no se limitaron a presentar el cuerpo si todavía estaba allí, durante el surgimiento del cristianismo.

 

Hecho dos: Los informes de las apariciones post-mortem.  Es innegable que la gente reportó haber visto a Jesús.  Está registrado varias veces de múltiples fuentes diferentes en los documentos del Nuevo Testamento (Mateo, Lucas, Juan, Hechos, 1 Corintios, etc.).  Es más, los propios autores afirman haber visto a Jesús, y tenemos su registro escrito.  (Llegaremos a la explicación de que mintieron sobre ello más tarde, ahora mismo sólo queremos reconocer que de hecho afirmaron ver a Jesús.).

Hecho tres: La creencia sincera de los discípulos.  Este hecho también es innegable.  Los discípulos sufrieron persecución y murieron en lugar de retractarse de su fe. Alguien puede decir que se equivocaron sinceramente, pero no se puede decir que no fueran sinceros. Muchos pueden morir por lo que creen, pero nadie daría su vida por aquello que los consta, es falso.

Se podría decir mucho más en defensa de estos hechos, pero en aras de la brevedad lo dejaré ahí.  Lo siguiente, será explorar las explicaciones de estos hechos y determinar cuál es la mejor explicación.  La mayoría de los estudiosos estarán de acuerdo con los siguientes criterios para evaluar las pruebas históricas.2

  • Alcance explicativo: ¿La explicación explica todos los hechos?
  • Poder explicativo: ¿Qué tan bien explica la explicación los hechos?
  • Plausibilidad: ¿La explicación contradice las cosas que conocemos?
  • Ad Hoc: ¿La explicación requiere que adoptemos creencias no fundamentadas?

 

Cuando examinamos las alternativas con estos criterios, vemos que nada se acerca, excepto que Dios resucitó a Jesús de entre los muertos.  Piense en las explicaciones alternativas populares que se presentan a continuación:

Hipótesis de Conspiración: Los discípulos robaron el cuerpo.

Poder explicativo: Esto no explica la sinceridad de la fe de los discípulos.  Si mintieron sobre ello, ¿por qué morirían por la mentira?

Plausibilidad: Las teorías de conspiración tienden a desmoronarse.  ¿Por qué deberíamos creer que estos pescadores fueron capaces de lograr esto?

Hipótesis de alucinación: Los discípulos alucinaron con las apariciones de Jesús.

Poder explicativo: Esto podría explicar las apariciones y la sinceridad de los discípulos, pero ¿qué pasa con la tumba vacía?  Si las apariciones fueron sólo una alucinación, entonces la tumba aún tendría el cuerpo de Jesús en ella.  También hace un mal trabajo al explicar las apariciones.  Las alucinaciones son asuntos privados, ¿cómo explica esto las apariciones a los grupos?

Ad Hoc: Se nos pide que creamos que los discípulos eran mentalmente inestables, pero no hay evidencia de eso.  Recuerde que tenemos sus escritos y los escritos de sus discípulos.  No hay ninguna razón para creer que los discípulos estaban mentalmente trastornados.

 

Si se aplica la tabla de alcance explicativo, poder explicativo, plausibilidad y ad hoc se encontrará que nada se ajusta a la evidencia de la manera en que lo hace la resurrección.  Por esa razón, la resurrección es la mejor explicación de la evidencia y lo racional es creerla.

Notas y Biliografía del Autor:
1 Geisler, Norman L. Systematic Theology In One Volume. Bloomington, MN: Bethany House Publishers, 2011.
2 Craig, William Lane. On Guard: Defending Your Faith with Reason and Precision. Colorado Springs, CO: David C. Cook, 2010.

Fuente:
MATT BILYEU, The Resurrection Best Explains the Available Evidence, 2017, [En línea]: